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martes, 30 de diciembre de 2014

EL SPLEEN DE CÉSAR ÁVALOS: MINÚSCULO DIARIO


Libro de poesía

MINÚSCULO DIARIO, DE CÉSAR ÁVALOS

La poesía es el arte mayor, porque es el arte que más abstrae, decía el poeta portugués, Fernando Pessoa. Y es verdad. Concentra mucho. Dice mucho. Y está llena de intensidad. Y pasión. Y también de cambio. A lo largo del siglo XX la poesía experimentó diversos cambios, y se llenó de diversas escuelas. Y uno de aquellos cambios que la diferenció bastante con respecto a la forma poética clásica, tiene que ver con la poesía en prosa. Se conservó los elementos de tema y objeto y actitud del poeta, pero se cambió la rima y la métrica. La poesía tomó otro cariz. Y entre aquellos que contribuyeron tremendamente a este cambio está el poeta francés Charles Baudelaire, el poeta maldito. Y lo hizo a través de una de sus obras: El Spleen de París, la cual influyó en otros poetas y escuelas. En la actualidad la poesía en prosa ha devenido en un ejercicio natural, y goza de buena salud. Una vez más la encontramos en esta pequeña y bella obra: Minúsculo Diario, del poeta César Ávalos; la vemos asimilando letras de canciones, guiños a otros autores, versos cortos, largos, destrucción de palabras, gritos, pesadillas; todo, en  esta breve composición poética, está escrita para atormentar:  

Me cruzo con el youngker mas extremo y fiero de este barrio, esos que andan con el demonio dentro. De esos que hablan de drug and kill.
Le miro y le sonrió.
-No, paso-
Entonces huyo. Porque a veces es bueno huir.

Cual crudo existencialista, todo lo que observa el poeta en su corto recorrido lo transforma en poesía:

Me regreso del pecado y busco una lux. Una. Aunque sea una sola
Solita lux.
Quiero ser yo quiero ser libre
Pero en verdad quiero estar lejos. Con la soledad no se puede: o la habitas o te habita. Dulce / salada: tú escoges.

 Y su individualismo exacerbado, su aire de no estar bien en ningún lado nos acompaña, lo tiñe todo, y pareciera buscar una salida:
                                     Una página en blanco…

                      Una escena por construir para luego destruir.

Es difícil acompañar al poeta, es difícil agarrar su poesía y sentarla en las rodillas de uno. Encontrarla bonita, fea. No sabemos, pero asistimos a su ritual:

Siempre es noche aquí adentro, pero la belleza no cambia. La luz se apaga. Cerca-lejos. Uno está distante. Uno es un paso-dos a veces…Quizá tres…Uno nunca sabe lo que ha de suceder. Los pasos pueden ser un olvido o una vibración. Golpe de luces que llega a la retina. Te achicas, tambaleas. Caes. Duermes exhausto. Casi malhechor. Malhechor exhausto. Casi delincuente. Es esto poesía lo que siempre llega así. De golpe.   

El spleen de Lima, de César Ávalos, cuestionando su existencia, está servido, a ver si lo acompañamos con dos pernods...y nos embriagamos. Salud.


Jack flores vega


Lima, 29 de diciembre de 2014

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