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sábado, 31 de agosto de 2013

EL TIEMPO DE LOS MUERTOS, DE HUGO VELAZCO


Relatos desde Huancayo
EL TIEMPO DE LOS MUERTOS, DE HUGO VELAZCO


Hay libros que se tornan inolvidables en nuestras vivencias. Hay libros a los que siempre volvemos. Una y otra vez, devotamente. Como los libros de Borges, de Cortázar, o de Poe. Libros de relatos memorables. Como también lo son los de Monterroso, o el de nuestro recordado Julio Ramón Ribeyro. Son libros que se pueden considerar “clásicos”, tomando la acepción del término de un ensayo de Borges: “clásico es un libro que las generaciones  de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad.” Y a esto último es a lo que quiero referirme, a la lealtad. La lealtad de un autor para con los grandes maestros. Hugo Velazco ha publicado el libro El tiempo de los muertos, que consta de veinte y cinco relatos, todos muy bien escritos, con una prosa solvente y que lo lleva a enraizarse con los grandes autores y con los grandes temas: la muerte, la locura, el tiempo, el amor y la vida. Claro, su estilo y su tema no es, en general, el del realismo social, tan predominante en la mayoría de narradores peruanos, sino el de un estilo y tema universal,  culto, enciclopédico, pero no por eso deja de estar alejado del compromiso social y, sobretodo, existencial que es lo que se muestra en casi todos sus relatos. Cuentos como Yubé, donde uno de los protagonistas es un brujo de la selva del Congo  que tiene la costumbre de comerse a sus víctimas, o Las casualidades no existen, ambientado en el espacio donde los protagonistas contemplan el deterioro del planeta, o El paciente Charly Hanssonn, un protagonista rayano en la locura. O ese otro buen cuento Yo vivo en ti, que nos hace evocar a Cortázar de Casa tomada. Realmente cuentos excepcionales que bien podrían encajar algunos en lo fantástico, en lo psicológico, lo policial, en la ciencia ficción y hasta en el terror. Pero no nos equivoquemos, los relatos todos exhiben una preocupación del autor por nuestra existencia, nuestro lugar en el mundo, efímero y trágico. Por eso digo que el autor mantiene una lealtad con los grandes autores y con la tradición literaria universal.
Va a ser muy difícil encontrar un autor que nos haga evocar en un solo libro a los grandes maestros. Y honestamente, no creo que haya en la literatura peruana un libro de cuentos totalizador, que abarque dimensiones de distintos escritores como este libro de Hugo Velazco. Estoy seguro que el lector también descubrirá y agregará algún otro autor o cuento que la lectura de El tiempo de los muertos le haya podido suscitar.   
Afirmaba Borges que él lo que buscaba con sus cuentos era suscitar una pequeña reflexión, una inquietud. Bueno, los cuentos de Hugo Velazco también buscan eso: reflexionar sobre la existencia del hombre, sobre el tiempo y el momento actual. Su compromiso es omnívoro, no deja nada al azar, acaso porque intuye que el azar también es una invención humana, y que, como en una obra de ficción, va señalando el derrotero maniqueo y confuso de nuestra existencia.     

Lima, 31 de agosto de 2013

Jack flores vega

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