Libro de Haikus
NÓSTOS, DE ELIO OSEJO
Leer un libro de Haikus en la poesía peruana actual es una sorpresa.
Lo que no quiere decir que antes no se haya cultivado dicho arte japonés. Ya nuestro
eximio poeta José Watanabe, si bien no fue pródigo en este género poético, sí
exhibía en su obra el espíritu del Haiku. Diferente a él, otros artistas
latinoamericanos sí hicieron de la escritura del Haiku parte de su vida. Borges
y Octavio Paz fueron quienes más llamaron la atención en dicho arte. El primero
por escribir un libro luego de su viaje a Japón, y el segundo no solo por
escribir logrados haikus, sino también por traducir un libro de uno de los
fundadores del Haiku, el poeta japonés Matsuo Basho, “Oku no Hosomichi, Sendas
de Oku”, que es una mezcla de diario de viaje intercalados con poemas haikus.
Un hermoso libro. Pero lo que nos llama la atención ahora, en el presente
inmediato, y evoca -con sugerencia y brevedad, con espíritu de haiku- es el
libro reciente del poeta y narrador residente en Huancayo Elio Osejo. Su libro:
Nóstos, está compuesto de 366 haikus,
y tiene notables composiciones, convirtiéndose así en uno de los singulares cultores
del género en el Perú. Aquí una muestra:
Rugen las olas,
El mar contra la roca
Noche en el puerto.
Aquí tenemos un típico poema haiku, versos de siete, cinco y siete
silabas, con el último verso operando como un desenlace. Entonces ya podemos tener una idea de la forma
y espíritu del Haiku: el asombro y emoción, el asir el presente y fundirse en él,
la relación con la naturaleza y la percepción directa de las cosas.
Tras las montañas
El destino me espera
Silban las ramas
Esto es haiku, evocación, reflexión, profundidad. El lector tiene que
completar estas tres experiencias: la del poeta, la del lector mismo y la de la
naturaleza. Pero no solo hay la relación con la naturaleza, el fundirse con el
presente, sino también está el amor y desamor; esto último parece extenderse a
lo largo del libro.
Amores muertos
Se desprenden del alma,
Hojas de otoño
Cruentas palabras,
Cadáver exquisito.
Monotonía.
Tragedia matizada, evocación, la aparente suave melancolía es lo que
muestran los haikus de desamor de Elio Osejo. Y también imágenes, gran creación
de imágenes que observamos impávidos.
Te di mis alas,
Pisoteaste mis sueños,
Caída libre
Alas de arcilla
Y corazón de piedra,
Me amaste un día.
Pero no solo
hay referencia al amor en el libro, sino también a la poesía misma, que como
trampa, ha hecho caer al poeta, y lo tiene a su merced.
Literatura,
Seductora mentira,
Te pertenezco.
Y
para concluir, un haiku más extraído del libro de Elio Osejo, que despierta
nuestra emoción a través de la
sugerencia:
Así
es la vida;
Lo
pasado, pasado,
Fin
del poema.
Pero estamos seguros que el poema no terminará, y que Elio
Osejo, cual mago prestidigitador de la palabra, sacará otro texto de su manga y
nos regalará otra magia que nos haga emocionar estéticamente. Por el momento, contentémonos
con leer estoy haykus que los maestros Basho y Yosa Buson, lo llamaban también poemas
para el camino. Y ya sabemos que el camino de la poesía es largo, muy largo,
casi infinito. Mis felicitaciones para Elio, y mi homenaje en este sencillo
haiku:
Suave
murmullo
Emerge
de tu libro
Cantor
de lo breve
Lima, 12 de abril de 2015
Jack flores vega