Extraños en el paraíso, libro de relatos
Los
paraísos extraños de Elio Osejo
Un libro de cuentos, de poesía o
novela, en general, tienen el espíritu de su creador. En sus líneas, y entre
líneas se puede ver o releer lo que su espíritu ha amasado y considera valioso;
aquello que constituye el leit motiv del autor. Ya el poeta portugués Fernando
Pessoa afirmaba que en las emociones está el verdadero registro del recorrido
del hombre por la tierra, no en la historia. En ese sentido, el libro de
relatos Extraños en el Paraíso,
constituye también el registro emocional de su autor. Elio Osejo ha edificado
un “paraíso”, un paraíso que, como su mismo nombre lo indica, es muy extraño;
tan extraño que uno no recuerda haber leído textos narrativos tan intimistas,
tan poéticos…y con un registro tan diverso. No, no es eso lo predominante en la
narrativa peruana, tan arraigada en la literatura como reflejo social, como
crítica social; esa no es la propuesta del autor. Su dimensión es otra, más
filosófica, más psicológica, ahondando en el corazón del ser humano:
En uno de sus textos se puede
leer:
El sufrimiento, dice aquí, es el dolor que nace del contacto con lo
visible. Morir es un cambiar de cuerpo como cambia de máscara el actor entre
una escena y otra. Vida y muerte son ambas apariencia.
La fugacidad es la ley de todos los seres.
Frases reflexivas, especie de
cuentos cortos dentro de un cuento, especie de aforismos, la propuesta
literaria de Elio Osejo es interesante. No digo que el libro tiene cuentos
cortos, la mayoría son cuentos de más de una página, pero que entre líneas nos
dice mucho. El cuento “Fragmentos de un diario apócrifo” es la reflexión de un
personaje viejo, que cuida a un niño de cuatro años. Nos dice, por boca del
narrador:
Al principio fue el caos y lo sigue siendo. Pronto los edificios de
esta lóbrega ciudad gemirán sus recintos y los autos adquirirán la codiciada
facultad del vuelo. Pero no se verá ni un cambio sustancial en el alma del
hombre.
¿Lo ven? Son frases dentro del
cuento que como aforismos nos va diciendo el pensamiento del narrador. El
cuento, pues, es filosófico. Lo que no quiere decir que todos lo son, no. Su registro
es variado. El cuento Siempre tendrás veinte años, por ejemplo,
es casi o totalmente de ciencia ficción. Nos habla de “Psicoingeniería”, de “cuantos
de luz”, de la “Tecnoplasmia”, pero sin dejar por eso de mencionar el problema
de la raza humana: la superpoblación, que uno de los personajes del cuento, el reconocido
Dr. Freud intenta solucionar:
El Dr. Freud terminaba de
probar el “Albedrío Cuántico”, una forma suprema de inteligencia artificial
integrada por cuantas de luz que podía captar, albergar, procesar y emitir
cualquier tipo de información en millonésimas de segundo…
Sería alojado en el Arca, una especie de portaaviones gigantescos que
viajaría por el sistema, exploraría el espacio y analizaría las posibilidades
de supervivencia y colonización del ser humano, provista de sondas y robots
capaces de construir refugios adecuados que esperarían a los primeros
colonizadores enmendando el angustioso problema de la superpoblación.
Pero el proyecto fracasa, porque
esta inteligencia artificial se rebela al considerar que el ser humano
representa un peligro para el sistema espacial. El narrador continúa:
El Dr. Freud se abocó en los últimos años a crear un androide que
pudiera comprender al ser humano y ayudarlo en su lucha por la supervivencia de
la especie...
Dora, la hija adoptiva del
doctor, llama a la puerta del ingeniero Zimmerman, quien fuera discípulo del
doctor. Ahí este se entera que el doctor ha muerto y le ha dejado sus planes y
proyectos, incluido a Dora. Se lee:
Dora es perfecta, casi humana…ahora sonríe nerviosa y misteriosamente
mientras disfruta de un diminuto cigarro. ¿Sabrá acaso ella algo de lo que
representa?
Líneas más adelante el ingeniero
le dice a Dora:
Te hospedaras aquí, espero que estés cómoda –le digo, mientras ella
sonríe y agradece besándome en la mejilla.
Y se termina la historia con la
mujer Dora entregando unos poemas al ingeniero que mucho antes los había
escrito y los había dejado guardado con el Dr. Freud.
Te los traje por si acaso… le dice la mujer Dora, o la casi mujer.
El cuento no escapa a la dimensión
humana, la salvación representada en una mujer, o casi mujer.
Es un buen cuento, toca muchas
aristas, y da para más de una reflexión.
Hay otro cuento, con distinto
registro, “F”, así se titula, donde el punto de vista, el que narra, es un perro,
y a través de él vemos la vida desamorosa del profesor Severino, su dueño, complicado
por la existencia y la falta de amor. El
narrador, el perro, nos cuenta:
El profesor no sabe cómo entrarle a la chica; está en su clase de
historia, pero allí él es otro.
Una noche encontré al profe re borracho, con las justas andaba y en su
media lengua maldecía la suerte de tener que encubrir un mundo de miseria.
Y así el perro continúa contando
el drama del profesor, ilusionado por una de sus alumnas que venía a calmar su
mediocre existencia.
Extraños en el paraíso, es otro tipo de cuento, uno de corte existencial, con personajes de
circo, payasos y hombres bala.
¿Es esto la felicidad?, se pregunta el payaso cobrizo y de ojos aleonados que acaricia el
cabello de Coral luego de la función. A
veces siento que todo es sueño alrededor del mundo –susurra en brazos de su
amada-. Menos las horas que paso contigo.
Coral se abre ante él como una flor y el payaso lo explora, lentamente,
hasta que ambos sucumben en las tibias arenas movedizas del deseo.
Enorme cuento.
Despertando, otro título, es un cuento trágico, de un suicidio. La protagonista Karen,
una adolescente de trece años no puede entender los cambios en su vida y solo ve
una solución a su angustia.
He sabido por qué me miran tanto ahora los hombres, empieza.
Tu cuerpo está despertando, Karencita -así decía Romina-, cuando
cumplas tus trece tendrás un cuerpo de veinte, deberás cuidarte de los hombres
porque a ellos no les va a importar que aun seas una niña.
La muchacha tiene conflictos con
su madre, que la prohíbe hablar con otros y la prohíbe también hablar de su
padre fallecido.
Prefiero terminar esta tortura ahora que todavía puedo reconocerme,
ahora que soy yo, aunque incompleta, yo.
Cuantas veces he querido volverme de papel, pero no ahora…porque si
fuera de papel, ya no tendría el peso necesario para quedar colgada en el lazo
que he hecho con el cordón de la plancha, anudada a la viga que pasa por el
techo de mi cuarto, como un voluptuoso, temeroso y verde fruto que no quiso
madurar.
Aquí no hay efectos especiales, es otro cuento del paraíso, quizás el menos
extraño…, para todos nosotros; toca el tema del amor. Ambos protagonistas,
Irene y el narrador se enfrascan en una pelea:
Cada semana espero solo este momento: Irene corta el ritmo de su
respiración…se acomoda el cabello frente a mí, borra una leve sonrisa de su
rostro y levanta los puños en posición de ataque…
Y se produce el primer round,
luego el segundo: Irene lanza su grito de
combate y su talón intenta varias
veces atravesar mi cuerpo, pero yo ya no estoy ahí…
Esa es mi alumna… nos reímos más fuerte, conscientes de la proximidad.
Nuestros cuerpos se acomodan oscilando. Aun no acaba la pelea…
Y el narrador sugiere el tercer
round, que será en otro lugar, un lugar muy bonito.
Romántico cuento, de amor. Una
alegoría, quizás, sobre lo que son las relaciones de pareja, ternura y
conflictos.
Otro cuento del paraíso es Vampira loca, que tiene ribetes de
terror. Pero no lo voy a comentar. Son 15 relatos del libro, que muestran el
paraíso extraño de Elio Osejo. Paraíso que no se parece a lugares determinados.
No es un realismo, repito, de corte social. Su crítica va por otra parte: la
existencia humana en toda su complejidad, auscultando el corazón del hombre. Y
sus reflexiones, y sus amores y temores.
Es original en su propuesta, así
como en su estilo. Y mucho más original por su registro. Cualquier lector se
sentirá extraño en este Paraíso de Elio Osejo, pero luego entenderá esta
extrañeza, esta singularidad de hablar de la condición humana desde su
interior.
Sin duda una excelente
propuesta, que se suma a lo que otros jóvenes ya ofrecen con excelentes logros
en su arte. La literatura peruana se mantiene en su gran nivel, en su
desarrollo, y a esto contribuye este libro notable “Extraños en el Paraíso”, de
Elio Osejo.
Bien por él, y por su talento.
Gracias.
9 de marzo de 2014 Casa de la Literatura
Jack flores